La violència és la por als ideals dels demés. -Mahatma Gandhi-

jueves, 18 de noviembre de 2010

Los amores de Platón

Si Platón oyera hablar del amor platónico se moriría de la risa, porque se trata de una de esas expresiones que pasan a la historia sin ningún tipo de rigor. En ninguno de sus diálogos habla el autor griego de ese amor imposible e idealizado que solemos asociar con la dichosa expresión que, por vericuetos poco claros, alcanzó un alto grado de expansión durante el Renacimiento y ha llegado hasta nuestros días. Ni siquiera me parece muy adecuado hablar de la teoría platónica del amor: aunque aborde el tema en varios diálogos, no creo que haya un desarrollo suficientemente amplio y sistemático como para hablar de una teoría en sentido estricto. Lo que sí nos regala es una intervención de Sócrates en el Banquete, en la que establece cierta similitud entre el amor y la sabiduría. En cierta manera, viene a decirnos el maestro de Platón, el amor es una extraña mezcla de riqueza y miseria, sabiduría e ignorancia. Es un deseo de belleza y bondad, por lo que el amor ha de ser una forma de ser mejores, de perfeccionarnos. Nada que ver con el amor platónico y mucho menos con los amores actuales.

Vivimos en tiempos muy alejados de las tesis platónicas: amamos de una forma distinta respecto a la que Sócrates presenta en el Banquete. El interés platónico en el amor reside en cierta manera en su potencial “idealizador”. Hoy no faltan quienes lo entienden como un elemento “materializador”. En un sentido metafórico: a través del amor se logran intereses ocultos, no siempre manifiestos. Amor material centrado también en el cuerpo: ¿Quién amará el alma de la otra persona en un tiempo en el que mayoritariamente se duda o se niega su existencia? No hay más amor que el del cuerpo y el de la aparienciasi nos dejamos llevar por los diversos cultos de nuestros días: la imagen y los volúmenes son hoy el máximo anhelo de los amantes. No es de extrañar que a estas alturas de la historia y con estos presupuestos teóricos hayamos descubierto ya la ciencia del amor: ninguno de nosotros controla su deseo, que puede explicarse sencillamente en función de las reacciones eléctricas y químicas que hay en nuestro cerebro. El amor es el espejismo linguístico del atávico instinto reproductivo.

La modernidad y el pensamiento de la sospecha han destrozado la idílica visión platónica: hace ya décadas que la palabra “altruismo” quedó reducida a ciertos genes capaces de sacrificarse por sus parientes más cercanos. El amor no es hoy ya entrega desinteresada sino carencia y necesidad: tapar agujeros de la química cerebral o de la historia personal. De Platón nos ha quedado lo imposible, aquello que nunca llegará a ser: el mito de una idea que el filósofo griego jamás llegó a formular. Otra cuestión es que su lectura pueda ser casi una vacuna de recuerdo: dejar que suene, por unos instantes, una música distinta alejada del ruido de la radio y la televisión. Presenciar la juerga socrática, la borrachera de discursos, ideas y palabras para soñar al menos con otras formas de vivir, pensar y amar. Porque en definitiva leer es otra forma de amor: a medio camino entre la riqueza y la pobreza, entre la ignorancia y la sabiduría, quien lee entrega su tiempo y su vida a las palabras. Y lo hace de una manera tan revolucionaria como puede ser en nuestro tiempo aspirar a lo bello y lo bueno. ¿Está entonces muerta del todo la visión platónica del amor?

domingo, 14 de noviembre de 2010

A qui pertany la intel·ligència?

06 de Febrero 2010

Si la inteligencia está en la Red, la Red es de la inteligencia

El artículo 3 de la Ley General de Comunicaciones establece, entre los objetivos y principios de dicha norma, los siguientes:

e) Defender los intereses de los usuarios, asegurando su derecho al acceso a los servicios de comunicaciones electrónicas en adecuadas condiciones de elección, precio y calidad, [...] respeto a los derechos al honor, a la intimidad, a la protección de los datos personales y al secreto en las comunicaciones, el de la protección a la juventud y a la infancia [...]. A estos efectos, podrán imponerse obligaciones a los prestadores de los servicios para la garantía de dichos derechos.

f) Fomentar, en la medida de lo posible, la neutralidad tecnológica en la regulación.

Me veo obligado a recordar todo ello ante las sorprendentes afirmaciones de César Alierta, presidente de Telefónica, en las que anunciaba un posible cambio en la estrategia de la multinacional. Tal estrategia iría orientada a maximizar sus beneficios aprovechando su posición de gran intermediario global, planteándose incluso poder llegar a cobrar a los grandes buscadores.

Aunque sus explicaciones son algo confusas, hay una frase particularmente clarificadora: "La inteligencia está en la Red, y las redes son nuestras".

Con todo respeto, discrepo. A estas alturas del siglo, creo que va siendo hora de poner las cosas claras: las redes son de los que las habitan, y no de los que las explotan.

Telefónica, como los restantes operadores de servicios de intermediación consistentes en la provisión de servicios de acceso a Internet, está obligada por una normativa que, aún con sus limitaciones y lagunas, tiene como objetivo garantizar unos principios mínimos que permitan el ejercicio de derechos fundamentales en las redes públicas.

[...] desde la perspectiva del Derecho, creo que es necesario dejar clara una cosa: la inteligencia y las ideas son libres, con independencia del lugar donde se expresen. Los dueños de los cafés no pueden erigirse en propietarios de los pensamientos que nazcan en sus tertulias.

Nadie discute que todos debemos pagar por el asfaltado de las calles de Internet. Pero nadie debería discutir tampoco que los derechos de manifestación, reunión, expresión, opinión, o producción literaria y artística, pertenecen exclusivamente a los ciudadanos que transitan por la vía pública por excelencia: Internet. Si la inteligencia está en la Red, es porque en la Red habitan ciudadanos.

Vivimos tiempos convulsos: la imposibilidad técnica de poner trabas a la copia y difusión de contenidos culturales ha provocado una devaluación de la propiedad intelectual, que puede ser aprovechada por las operadoras de telecomunicaciones para forzar a la industria del entretenimiento a vender a bajo precio sus activos. Muchos autores y artistas, desorientados, llevan años disparando contra su público, ignorantes de lo que se les viene encima.

Si queremos garantizar la libertad en las calles de la polis global, es necesaria una alianza histórica: la de los artistas y su público, ciudadanos todos, frente a cuantos pretendan apropiarse de nuestro único patrimonio: la inteligencia.


Carlos Sánchez Almeida

Licenciado en Derecho y socio de Bufet Almeida

Treball 1er trimestre: l'intel·ligència

1. Com definiries la intel·ligència?

La intel·ligència és el pensament raonat que permet trobar sortides, inventar possibilitats i ajudar-nos a reflexionar. És la facultat d'entendre i comprendre l'entorn, i l'habilitat que té alhora de donar un sentit encertat a una sentència.
A diferència de la animal que és instintiva, la humana ens permet dirigir el nostre comportament. Les capacitats animals són automàtiques però les humanes són voluntàries: dirigim l’acció amb el coneixement.


2. Quina relació tenen la sensació, la percepció, la consciència, la memòria, l’aprenentatge i el llenguatge amb la intel·ligència?

La intel·ligència sempre ha estat relacionada amb tots aquests elements, ja que només poden aparéixer en el cas de que la posseïm.
La sensació és un estímul que permet que els nostres òrgans sensorials reconeixin la realitat. Està estretament lligada amb la percepció, és a dir, el reconeixement conscient de la realitat a través de l’aplicació de la intel·ligència. La consciència és una aptitud voluntària, és a dir intel·ligent, que depèn de la sensació i de la percepció. La seva funció és comprendre que és el que provoca les percepcions que sentim. La memòria és la capacitat de retenció d’una informació temporal o permanentment, per posteriorment recuperar-la o utilitzar-la. Està intimament lligada a l’aprenentatge, la comprensió i la capacitat de donar un significat a una informació, i d’aquesta manera fem ús de la intel·ligència per incrementar el nostre coeficient intelectual.
L’aprenentatge és independent de la memòria, ja que potser som capaços d’aprendre i no de retenir. Per acabar, el llenguatge és l’essència d’una cultura que utilitzem per comunicar-nos els éssers humans.
L’intel·ligència humana és una creació social que ens permet posar en comú tots aquells aspectes del llenguatge que ens fan pertànyer a la mateixa societat.



3. Cita les característiques d’una persona intel·ligent que viu avui a Barcelona i una que visqui avui al mig de l’Amàzonia.

Dues persones tan diferents com poden ser un ciutadà del barri de Gràcia i un brasileny que ha viscut sempre envoltat de la naturalesa més salvatge del planeta, poden tenir totes dues una intel·ligència privilegiada, de diferent aplicació i determinades per la societat i l’ambient que les rodeja.

Així doncs, començarem per el ciutadà d’una gran urb. Aquest, el qual situem en una família treballadora amb una economia mitjana, primer de tot haurà hagut de formar-se intel·lectualment des de petit: saber parlar, llegir i escriure correctament en català, castellà i una llengua estrangera; sumar, restar, dividir i multiplicar mentalment amb fluïdesa; saber intercomunicar-se amb la gent dia a dia, així com crear-se grups d’amistats i desenvolupar la seva capacitat social-comunicativa.
Amb aquestes característiques, haurà de trobar una feina permanent segons els estudis que hagi anat cursant per a fer arribar diners a casa seva, i mantenir la seva independència. Les seves aspiracions seran formar una família amb la dona que triï per compartir sentimental i econòmicament la seva vida, i crear una descendència que els hi doni felicitat i sentit a les seves vides.

Per una altre part, tenim a l’home que mai ha conegut una civilització.
Aïllat de les noves tecnologies i desconeixent el món més enllà de la seva Amazònia, viurà amb la seva tribu no molt nombrosa, sense arribar a la trentena de persones. Aquest home, que no sap llegir o escriure en llengües comunitàries, ha desenvolupat més les seves capacitats físiques que no pas intel·lectuals. Aquest motiu també ens ve donat pel fet de que es tracta d’un mascle, si hagués sigut dona deixaria les capacitats físiques per les familiars, encarregant-se de la supervivència i educació dels fills que arribés a tenir.
Així doncs, l’home es veurà des de petit encarregat de la caça i la pesca, enfrentant-se als perills que l’oferirà la selva i lluitant contra altres mascles d’altres tribus. A més de la fortalesa emocional que haurà de crear per cuidar en tot moment de la seva tribu, també aprendrà a manipular amb facilitat eines i construïr habitatges poc còmodes per a nosaltres però resistents i aixoplogats de les intenses pluges i humitats de l’Amazònia. La seva aptitud per a desenvolupar-se en societat serà més simple i instintiva que la d’un habitant de ciutat, tot i que també es regirà per sentiments i emocions completament humanes.

Aqui veiem com les seves intel·ligències són igual de capaces d’adaptar-se al seu entorn, tot i que siguin molt diferents, però útils en les situacions de vida que se’ns plantegen.


4. És més intel·ligent un catedràtic de física que el cuiner d’un restaurant?

Un títol de física està infinitament més ben valorat que un títol de cuina per una simple raó: el prestigi social. Tot i així, si, tal com hem estudiat, no hi ha només una única intel·ligència sinò varies, tots dos cuiner i catedràtic serien intel·ligents, independentment de la seva feina.
Els dos oficis requereixen diferents tipus d'intel·ligències: el catedràtic fará un ús constant de la intel·ligència logico-matemàtica, mentres que el cuiner desenvolupará la part més naturalista i artística del cervell.
Així doncs, no és el coeficient intelectual el que determina la intel·ligència, sinó el desenvolupament que es pot arribar a obtenir segons la seva aplicació i eficacitat.


5. Les emocions són intel·ligents? Com definiries la intel·ligència emocional?

Les emocions són intel·ligents si ets conscient del que sents. Per exemple, si un home és feliç i ho sap, l’emoció és intel·ligent, ja que ho sent a través del que percep.
La intel·ligència emocional no es resumeix a l’intel·lectual de cadascú, sinó que va més enllà: és la capacitat de reconèixer el nostres propis sentiments i l’habilitat de fer-ne us.

Goleman l’organitza en cinc apartats:

- conèixer les emocions i sentiments propis

- ser perseverants per superar les frustracions

- regular els nostres estats d’ànim i controlar els impulsos

- motivar-nos a nosaltres mateixos

- gestionar les relacions

L’any 2006 Goleman aplica el seu concepte d’intel·ligència emocional a les relacions humanes i la organització social.



6. Defineix la intel·ligència social.

Aquesta intel·ligència es desenvolupa en un entorn social, del qual aprenem el llenguatge, la comunicació o la cultura. A partir de les relacions amb els altres, la intel·ligència pot arribar a assolir la llibertat, ja que ens ensenyen a independitzar-nos d’aquest entorn social.
Podem llavors fer néixer la capacitat de posar-se en lloc de l’altre i saber tractar-lo. Aquest fenòmen s’anomena empatia, i consisteix en la sintonització emocional amb l’altre. La intel·ligència social és pròpia dels mestres, professors, metges, venedors, polítics, terapeutes... tota aquella gent que tracta contínuament amb els altres, consolidant les relacions i la comunicació.
S’encarrega de la coordinació dels egoismes individuals per crear un conjunt de persones disposades a relacionar-se mitjançant el llenguatge i contribuir al projecte de construir una humanitat intel·ligent, la tasca més gran de la filosofia.


7. Com creus que serà un personatge intel·ligent d’aquí cent anys?

D’aquí un segle, penso la intel·ligència artificial superará la humana i això portara a la singularitat, un canvi tecnològic profund que representará una ruptura en la història de la humanitat.
No sóc l'unica que hi pensa: els fundadors de Google estan involucrats en el tema, i pensen que serà possible que poguem pujar-n'hi continguts al nostre cervell a partir del any 2030. Això vindria a dir que es produiría un increible augment del coeficient intelectual de la població, però no forçosament de la intel·ligència. El que vull dir amb això és que molta gent pensa que, per saber més coses són més intel·ligent, però jo discrepo: si no saben com aplicar els seus coneixements a la realitat, aquests no tenen cap utilitat.
És per això que crec que, de persones que de veritat pensen, en queden molt poques al nostre món. I quan no en quedin cap, serem tots peçes d'un joc, manipulades per aquells que poseeixen el poder, i tot això per no tenir criteri propi.